Era una noche terroríficamente oscura y Vincent iba camino a su casa luego de salir de una fiesta. El lugar donde se había llevado a cabo la fiesta no era muy lejos de su vivienda. La calle estaba completamente sola y silenciosa. Vincent solo escuchaba la suela de sus zapatos contra el piso y su nerviosa respiración, iba vestido de traje formal: el smoking negro al igual que su pantalón y zapatos, camisa blanca y corbata azul zafiro desatada, el cabello negro y corto estaba alborotado. Seguía caminando, ahora un poco más rápido, la calle parecía interminable y él se veía algo asustado, quería llegar cuanto antes. Llegó a un tramo que no tenía mucha luz, pues los árboles de alrededor tapaban la luz de La Luna. Vincent oyó un ruido de pisadas y volteo inmediatamente, pero no vio nada y continuó su camino más nervioso. Por la paranoia que lo atacaba volvió a mirar: esta vez cruzó una sombra, sin embargo no vio la figura por ningún lado; tragó saliva, su garganta estaba seca. Pensó que debió ser un gato, no obstante aceleró más el paso… ya por donde iba había una luz tenue y amarilla. De repente escucho unos susurros y volvió a voltearse, vio de nuevo una sombra pero ahora distinguió claramente una forma humana. Empezó a correr a todo lo que podía, la calle seguía absurdamente silenciosa y solitaria, solo captaba el sonido de su respiración acelerada y las pisadas de su carrera. El chico resbaló y se paró del pavimento desesperado y miro si su perseguidor estaba cerca; no vio más que la oscura calle. Recuperando el aliento siguió su camino a un paso rápido, cuando ya estaba más relajado sintió que algo o alguien golpeó su hombro con fuerza, el miedo y dolor lo paralizaron; no ocurrió más nada. Vincent reaccionó y buscó el causante de su dolor, pero tampoco había nada alrededor. Hiperventilando y ayudado por la descarga de adrenalina empezó a correr de nuevo, no podía pensar en otra cosa que no fuera llegar a su casa. El camino se le estaba haciendo demasiado largo. Seguía y seguía corriendo sin parar, desesperado. Se escuchó un grito espectral y distorsionado, Vincent también intentó gritar pero ningún sonido salió de su boca; entonces el alarido se escuchó como si lo que emitía el sonido estuviera detrás de él…
Al amanecer de esa noche encontraron su cuerpo, totalmente sano, sin embargo sin pulso y pálido. Hasta el día de hoy no se sabe la causa de su muerte.