No pretendo nada. Solo estoy aquí por el cuidado del alma.

martes, 27 de noviembre de 2012

Esquizofrénico

Era de noche, las 11 pm más o menos, todo estaba en silencio y me encontraba leyendo. Tocan la puerta de entrada e ignoro a quien la toca, pues supuse que era mi vecino. La puerta estaba apoyada y no cerrada, entonces la empujan y miro: era mi vecino. Me acerco a ver que quiere, está en silla de ruedas y me hace señas: se lleva los dedos a la boca como sosteniendo un cigarrillo y le digo -Mi mamá está durmiendo y no tiene cigarros- él con un susurro responde -no compró- No, no compró- apoyo de nuevo la puerta y a los 10 minutos la vuelve a tocar y vuelvo a ignorarlo. El hombre empuja la puerta, yo me acerco para cerrarla... No le digo nada, solo lo veo, veo su mirada ausente y perturbada; su deseo es fumar, calmar la ansiedad. Casi todas las noches él pide cigarros en mi puerta, a veces mi mamá le da, a veces me dice que le diga que no tiene. Una noche que no lo dimos cigarros se alejó sin decir nada y cerró con fuerza la reja del pasillo, gritando cosas inteligibles. En el día, cuando lo veo lo saludo y él me responde. Siempre está observando la calle en nuestro pasillo, algunas veces ausente, otras presente; mira como si tuviera un gran conocimiento, como si conociera todas las verdades, como si lo supiera todo. Muchas otras ocasiones se le ve hablando solo o con sus fantasmas personales, los cuales no veo. Tal vez los cigarros lo calman, dejando reposar su mente en la tierra, son la cabra que no lo suelta porque seguramente habló con Apolo.